Nuestro Texas

Esmeralda

Esmeralda

Esmeralda

Poco después de que Esmeralda diera a luz a su último hijo, su esposo murió en un accidente automovilístico.

Esmeralda es ahora la única persona responsable por el cuidado y mantención de sus cinco hijos menores de 11 años de edad. Esmeralda ha estado viviendo en los EE.UU. por 13 años, pero a diferencia de sus hijos quienes son ciudadanos de los EE.UU., ella es indocumentada.

Esmeralda admite que su niño más pequeño, de tres meses, no fue un embarazo planificado. En el pasado, Esmeralda consiguió pastillas anticonceptivas en el centro de salud de Planned Parenthood, pero “cuando quitaron el financiamiento para los anticonceptivos, ya no pude conseguir más, y así es como resulté embarazada”. Pagar el precio total de los anticonceptivos es un lujo que Esmeralda no se puede dar.

“Mire, esas pastillas cuestan $50 al mes, pero a mí apenas me alcanza el dinero. Así que más que todo, nuestro problema es que quitaron los fondos.”

“Esta es la historia en la clínica del Valle [Nuestra Clínica], ahora cobran. Yo tenía Medicaid del condado, pero ya no. Ya no aceptan a nadie porque ya no hay fondos. No es que yo necesite un montón de ayuda, ¿verdad? Pero cuando la necesito, casi no hay nada”.

Esmeralda se preocupa por la posibilidad de enfermarse, particularmente ahora que necesita estar sana para sus hijos. Ella no sabe a dónde ir para obtener servicios de salud, ya sea preventivos o de otro tipo. “Ahora no tengo a dónde ir. O sea, si nos da gripe tomamos pastillas, o tomamos pastillas para esto y para el otro y eso es lo que hacemos”. Y en cuanto a un examen anual, “ha pasado ya un año y tres meses [desde que se hizo el último examen]. Vea, yo estaba embarazada y acabo de tener a mi bebé, así que ya es hora de hacerme un examen”.

Aparte del costo de la cita, llegar a los proveedores de salud es otra preocupación. “La gasolina es cara y es una lucha conseguir medios de transporte. Ahora que soy una viuda es aún peor”. Esmeralda no puede trabajar porque tiene que cuidar a sus hijos, así que una visita al médico—que requiere el costo de la cita, dinero para la gasolina o el boleto del autobús para ella y sus niños, o bien pagar para que se los cuiden (a los niños)—simplemente es demasiado.

En el año 2011, el estado de Texas hizo recortes drásticos a los programas de planificación familiar, lo que forzó a que una cuarta parte de las clínicas financiadas por el estado en la parte baja del Valle del Río Grande cerraran completamente, y la mayoría de las clínicas restantes, han tenido que reducir sus horas de atención y su personal. Las mujeres de bajos ingresos del Valle como Esmeralda ahora no tienen a dónde ir para obtener una fuente de servicios de salud reproductiva confiable. Para más información acerca del impacto de estas políticas en las vidas de las mujeres, lea el reporte.